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29/05/2018Lisboa es la capital de Portugal, la capital de una de las mejores costas del mundo para surfear. De cara al Atlántico, Portugal cuenta con una gran abundancia de spots para recibir los swell que le llegan del océano. Es una paradoja que su capital no se encuentra directamente frente al mar. Lisboa está situada en la ribera norte del estuario del río Tajo. Por lo tanto nunca recibe olas directas, solo en los grandes temporales recibe un poco de ese oleaje que entra por el gran estuario. Desde luego no es un buen sitio para aprender a hacer surf pero os sorprenderá lo que los locales son capaces de surfear.
A veces hasta Lisboa tiene olas
João Kopke y Tomás Valente son dos lisboetas que no se pierden una tormenta. Suelen aprovechar las grandes los restos de las grandes marejadas para coger alguna ola que entra por los pequeños afluentes del último tramo del Tajo justo antes de su desembocadura. Esas olas que se generan en ríos tan míticos como el Amazonas o el río Amarillo y con nombres tan espectaculares como Pororoca o Dragón Amarillo.
Este invierno en la tormenta más grande que ha recibido Lisboa en todo el año han podido surfear una de las olas más extrañas que podrás ver en tu vida. Aunque ya te aviso que no es tan épica como el Dragón Amarillo, deja muy clara una cosa: el surf no solo es diversión y coger la mejor ola, sino que a veces lo que más importa es la aventura.
Tomás, como buen freesurfer y aventurero, aprovechó en gran temporal para ir en busca de nuevos spots donde nunca antes habían visto aflorar olas. Este temporal era lo suficientemente fuerte como para descubrir nuevos lugares. Y allí mismo a la vista de todos los turistas, a las puertas de la Cais das Colunas encontraron lo que buscaban.