El wipeout, no es simplemente caerte, es un estilo de vida! El arte de zambullirte delante de la ola con un buen carajazo. Bajarte la ola desde el pico y un instante antes de llegar abajo… pegar un resbalón, quedarte tumbado encima de la tabla haciendo el faraón, que te pille la ola y te dé un centrifuga que te acabe saliendo el agua por las orejas.
En castellano no existe ninguna palabra para poder traducir esto, tenemos que echar mano de alguna expresión de la lengua vernácula como “darse un jarmazo que casi te salten los dientes como palomitas” o algo así. Vamos una buena toña de toda la vida.
El máximo exponente del wipeout lo tenemos en el Surf de olas Grandes. Una experiencia terrorífica. Hundirte en el agua hasta que todo se hace oscuro. Sentir que tus tímpanos están cerca de su límite debido a tanta presión que ejerce el agua que tienes sobre tu cabeza. En realidad no sabes dónde estás, has dado tantas vueltas que no tienes ni idea que es arriba o que es abajo. Tampoco sabías que el oxígeno de tus pulmones era capaz de hacerte sobrevivir tanto.
La mayoría de los mortales nunca vamos ha experimentar lo que es caerse en una ola de 15 metros como la de Nazaré. No se tú, pero yo no tengo ningunas ganas de probarlo.
Como siempre es mejor prevenir que curar en cualquier caída que tengamos surfeando debemos debemos seguir los consejos nuestros profesores de surf:
¿Qué haces ahí todavía? Vete a surfear!