Esto es lo que tienes que ver antes de que acabe el año. La revista Surfer Magazine todos los años organiza unos sonados premios para otorgar galardones a los surfer y películas favoritas de su público, y es que el jurado son los propios lectores de la revista. Estos son los finalistas y ganador de las mejores pelis y el mejor documental de 2016. Es decir, el playlist de nuestro campamento de surf para este verano.

Mejor Película de surf

Let’s Be Frank (Ganadora)

En este film vamos a poder ver al sudafricano big-wave surfer Frank Solomon, junto a algunos colegas, con diferentes puntos de vista, surfear desde su país natal recorriendo parte del globo hasta Puerto Escondido. Pero lo interesante es la trama. Desde luego no es una peli de surf como estás acostumbrado a ver. Muy, muy recomendable.

Gold (Nominada)

El autoproclamado surfer número 1 del mundo, Sterling Spencer, nos teletransporta hasta su vida de ensueño mientras disfruta de tan alto honor. En este film tan irónico en realidad Spencer pretende criticar el estatus de los surfers de competición y hacernos reír in poco. Además tiene algunas buenas colaboraciones de Rob Machado, Dylan Graves , Dillon Perillo y el gran Bob Saget.

Forbidden Trim (Nominada)

Otra peli paranóica con un toque entre la “Chaqueta Metálica”, “Apocalypse Now” y “Gorillas en la niebla”. Una paranoia guapísima que te dejará con la boca abierta y seguro que también te arranca alguna carcajada.

The smiling bag (Nominada)

Una peli de Dion Agius con Criag Anderson de la que he podido ver tan solo algunos fotogramas ya que no tiene colgado ningún teaser en internet, o por lo menos no he sido capaz de encontrar. Lo que está claro es que lo que sea que se traigan estos dos entre mano es mandanga buena y así lo aseguran los testimonios de su tour.

Dream Steeple (Nominada)

Furgo con el techo de madera, carretera y picazos. Pero es realidad esta peli va sobre la libertad. Una peli de culto para disfrutar en el sofá una tarde de relax.

Mejor documental de surf

Distance Between Dreams

Ese fenómeno meteorológico a nivel global llamado “El niño” ha supesto uno de los años con swells más grandes que se recuerdan. Algo que ha hecho replantearse sus límites a muchos surfers de olas grandes.